Es curioso que, a pesar de ser
“transformación digital” un sintagma nominal en el que TRANSFORMACIÓN es el
núcleo, y DIGITAL el adjetivo que lo califica, cientos de empresas centran su
atención en lo “digital” en vez de en lo verdaderamente relevante (núcleo): la
transformación.
Por supuesto que es importante
hablar de los avances tecnológicos en los que nos vamos a apoyar para realizar
este proceso, importantísimo. Pero no olvidemos que la tecnología es el medio y
no el fin. Comunicar lo que vamos a hacer no es tan significativo como
comunicar el porqué. El motivo es lo que realmente impacta en las personas,
sean clientes o sean empleados.
¡Lo importante no es lo que hacemos sino por qué lo hacemos!
¿Por qué necesitamos transformarnos?
Las empresas se mueven en un
entorno en el que existe un nivel de tensión o desequilibrio que las empuja a
realizar “ajustes” para estar siempre alineadas con la sociedad y el mundo. Este nivel de tensión surge de los cambios
que se producen en el propio entorno. Cambios derivados del avance de la
humanidad (avance científico, médico, tecnológico, social, mental). Asimismo,
las organizaciones aumentan internamente el nivel de tensión o desequilibrio
conscientemente aplicando liderazgo adaptativo.
Con la llegada del ordenador
personal, en los años 70 la historia de la humanidad cambia para siempre. El progreso humano pasa de un crecimiento
lineal a un crecimiento exponencial. Pasamos de la era analógica a la era
digital. A partir de este momento, la tecnología irá cada vez más haciéndose
cargo del progreso de la humanidad, dominando el crecimiento e incidiendo en todos
los demás campos (medicina, ciencia y sociedad).
Me gusta
mucho aplicar el concepto de “dromología” cuando hablo de la evolución
tecnológica y la “humanidad digital”. La dromología es algo así como la lógica
de la aceleración del cambio. Porque sí, está claro que el mundo cambia, pero
no es sólo eso, sino que cambia cada vez más rápido. Esto quiere decir que, si
antes pasábamos de 1 a 2, de 2 a 3, y de 3 a 4 (lineal), ahora pasamos de 4 a
5, de 5 a 8, y de 8 a 20 (exponencial), es decir, por cada paso en el avance,
duplicamos o triplicamos todo lo acumulado hasta entonces, de tal manera que
los cambios que se producen son cada día más rápidos y trascendentales. Para
entendernos mejor, en vez de decir números aleatorios pongo un ejemplo real: En
el 2005 había 500 millones de aparatos conectado a internet. Una década
después, ocho mil millones. Sólo dos años después 25 mil millones...
Hasta hace
muy poco tiempo las empresas y organizaciones enfocaban sus esfuerzos en la
predicción. Análisis de datos para predecir y prever lo que va a pasar en el
futuro, y de esa manera actuar, dar respuesta e incluso anticiparse a hechos
futuros. Esta manera de actuar es muy eficiente en un crecimiento lineal, e
incluso en una primera fase exponencial. Simplificando en números, una serie
exponencial es por ejemplo la siguiente: 1, 2, 4, 8, 16, 32… Al principio, en cada paso aumentamos unas
cuantas unidades, pero, si seguimos con la serie, llega un momento en que de un
elemento al siguiente hay cientos de miles de millones de unidades.
Algo así
sucede con el avance de la humanidad, motivado por la tecnología. Por eso es
exponencial.
Y de esta
manera hemos llegado hoy a un mundo empresarial en el cual la incertidumbre es
total, el futuro es totalmente impredecible, y los cambios son tan rápidos, que
una empresa puede pasar del éxito al fracaso en cuestión de meses, y viceversa.
Blockbuster Videos por ejemplo pasó del éxito al fracaso en 18 meses motivado
por la aparición de NetFlix. Sin embargo, Uber
nació en 2012 y sólo 24 meses después valía 41mil millones de dólares.
Como dice
Bill Gates a sus colaboradores:
“Microsoft siempre está a dos años de la bancarrota”
Esta frase
también es aplicable a todas las empresas por supuesto. Ni la edad, ni el
tamaño, ni la reputación, ni siquiera las ventas, garantizan que mañana sigamos
por aquí.
Pero
entonces, ¿dónde ponemos ahora el foco de atención si no sabemos qué va a pasar
mañana?
¡La
respuesta nos la dio Darwin hace dos siglos!:
“No son las especies más fuertes las que sobreviven, ni las más
inteligentes, sino las más proclives al cambio”
Efectivamente,
ante esta situación, en una fase más avanzada del cambio exponencial, el
foco ya no debe ser la predicción, sino la adaptación. No es tan importante
apostar por saber qué va a pasar como apostar por ser capaces de adaptarnos de
manera rápida a lo que pase, sea lo que sea. Porque mañana mismo, de manera
impredecible, aparece la startup de turno y nos hunde el negocio.
¿Sabes que
la NASA tiene una unidad llamada Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria
que se dedica 24 horas al día a vigilar y detectar amenazas? Se pegan 24 horas
al día observando, vigilando, detectando, trazando órbitas, de asteroides y
posibles amenazas para el planeta.
Pues eso
mismo hacían las organizaciones y empresas: vigilar, predecir, calcular
tendencias, para actuar antes de que impacte el meteorito. Ahora el entorno
está tan extremadamente revolucionado que mejor es dedicar más esfuerzos a
estar preparados para actuar cuando impacte el meteorito, que a evitar que
impacte.
Mira,
veamos un ejemplo imaginario en (como no) una agencia de viajes. Vamos a poner
como ejemplo una agencia Business Travel, como American Express, Carlson Wagonlit Travel, BCD Travel, etc... Vamos a llamarla
Travelaria. A ver, este ejemplo es
imaginario, no es real, pero sí es realista. Repito, no es real pero sí es
realista. Es decir, perfectamente podría pasar.
Business Travel : Una historia ¿de miedo?
Imagínate por
un momento al departamento de marketing, y/o de desarrollo de negocio de Travelaria
analizando las tendencias de viajes de negocios. Analizando a los viajeros,
diseñando productos de viajes, viendo qué hace la competencia, analizando venta
de hoteles, los fee que pagan las empresas, cómo optimizar políticas de viajes,
etc.
Mientras
tanto, la tecnología sigue su avance exponencial: coches que se autoconducen,
impresión 3D, realidad virtual, edición del genoma humano…
Repentinamente
un día aparece en los periódicos un titular: “cuatro jóvenes de Sillicon Valley
crean VRTalk, una startup especializada en soluciones de Realidad Virtual para
empresas”. Párate un momento y visualiza el titular en el periódico. Resulta
que al mes siguiente aparece otro titular: “VRTalk lanza BusinessTalk, un
software de Realidad Virtual para reuniones de empresas”….
Y de
repente, como ya hizo Uber, VRTalk vende cientos de millones de gafas de
BusinessTalk: un pack que viene con una cámara especial de grabación en
directo, unas gafas de realidad virtual con conexión wifi, y un avanzado
software, y que sirve para celebrar tele reuniones en las empresas. Es decir,
un empleado de una empresa se va a una sala, conecta la cámara (grabándose a sí
mismo), se pone las gafas (que son transparentes para que la cámara capte la
cara), y lo que ve a través de ellas es una sala grande con compañeros suyos de
otros puntos del mundo que en ese momento están haciendo lo mismo con su pack
“BusinessTalk”.
De repente
las empresas tienen reuniones a distancia exactamente igual que si fueran
presenciales, y aquellos jóvenes de San Francisco que crearon VRTalk se forran.
Miles de empresas de todo el mundo ya utilizan la tecnología de VRTalk y su
producto estrella, el BusinessTalk. Imagina las fotos de los emprendedores en
Forbes, en el Harvard Magazine, o aquí en España en la revista Emprendedores, o
la revista Capital.
Muy guay
la historia y perfectamente posible. Fíjate en el éxito de Cabify, Úber, Airbnb
….
Pues
resulta que con la llegada de VRTalk comenzó la caída en picado de los viajes
de negocios… Donde antes solicitaban 100 viajes, luego eran 50, luego 30, ahora
son 10… Las empresas ahorran un dineral manteniendo reuniones y encuentros
perfectamente reales, pero a distancia. ¡Y sin tener que viajar! Así que se
hunde el Business Travel descendiendo hasta un 80% y todo esto ocurre en apenas
18 meses.
Nuestra
empresa Travelaria estaba mirando por su telescopio y cuando se quiere dar cuenta
un meteorito del tamaño de Inglaterra ya ha impactado en su planeta Tierra.
¿Y AHORA QUÉ? ¿da miedo, eh?
La
historia es imaginaria. Mmmm ¿O no? La verdad es que algo similar puede pasar. Puede pasar MAÑANA mismo. De hecho, ya ha pasado. Pregúntale a los taxistas que se manifiestan
en toda España si ha pasado o no, y si ha sido de un día para otro o no, a ver
qué te dicen.
Y es que en este entorno, lo realmente
importante es maximizar la capacidad adaptativa. Y esto va de PERSONAS.
Transformar una organización NASA en una organización ADAPTATIVA, es
transformar a su gente en personas adaptativas. ¡SU GENTE! Esto va de cultura,
no de tecnología.
Imagínate
que Travelaria contara con un ejército de 20mil personas completamente
adaptativas. Personas que tienen la actitud positiva y emprendedora, las ganas
y las habilidades para innovar modelos de negocios, aportar ideas, creatividad,
desarrollar experimentos y testeos de ideas, que saben y quieren investigar,
con capacidad de asumir y controlar cambios, etc… Imagínate que no tuviera
20mil empleados sino 20mil emprendedores. ¡Travelaria
se come con papas el meteorito!
Imagínate
lo que pueden hacer los “emprendedores” de nuestra empresa imaginaria durante
los 18-24 meses de impacto del meteorito VRTALK y los retos apasionantes que
vendrían después del impacto. Probablemente
lo que pasaría sería que la propia
Travelaria sería la que estaría creando gafas de realidad virtual, y pasaría de
ser una empresa dedicada al “Business Travel” a ser una empresa dedicada al
“Business meeting”, donde su propuesta de valor sería facilitar las reuniones
de las empresas. De esta manera el viaje sería sólo una herramienta más
para facilitar las reuniones o visitas. En la gama también estarían las
soluciones tecnológicas, gafas de realidad virtual, software de videoconferencia,
etc…
¿Y AHORA? Ya no da miedo, ahora da…
ilusión!
Capacidad Adaptativa
Los retos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI van a
requerir toda la imaginación, creatividad e innovación que podamos reunir.
Las
organizaciones con mayor capacidad adaptativa pueden asumir más y mayores
desafíos adaptativos, y a un ritmo más ágil. Se adaptan de manera más fácil a
los cambios y realizan el trabajo adaptativo de manera más efectiva. ¿Por qué? Porque SU GENTE (a todos los niveles) tiene
mayor disposición, habilidad y destreza para afrontar los cambios en lugar de
evadirlos. Es decir, pueden, quieren y saben. El éxito de una organización
depende menos del talento del gerente general y más del desarrollo del
potencial de sus empleados.
¿Y cómo se aumenta la capacidad adaptativa?
La
capacidad adaptativa se aumenta mediante un proceso de transformación que se
llama cambio adaptativo.
El cambio
adaptativo es un proceso de redefinición
de la mentalidad y el comportamiento de las personas que se relaciona con
la adopción o modificación de valores, lealtades, actitudes, competencias y
hábitos. Es decir, es una transformación
de personas, cultura y valores.
Y para
lograr esa transformación necesitamos un fuerte ambiente contenedor y una alta sensibilidad a la tensión, desequilibrio que se produce en
la empresa debido a los cambios externos (en el entorno) e internos (en la
empresa).
Dicho de
otra manera, necesitamos por un lado sentir que tenemos que cambiar, y por
otro contener la tensión (esto tiene que
ver con nuestra mentalidad). El hacernos adaptativos requiere un esfuerzo
mental por supuesto. ¡Esto no es tan fácil!
En la
siguiente gráfica, (Adaptación de JC Eichholz, 2015) represento en el eje Y el nivel
de tensión o desequilibrio, el eje X es la línea temporal y la curva resultante
representa el desequilibrio en cada punto en el tiempo.
Para
llevar a cabo un cambio adaptativo, la tensión o desequilibrio debe sentirse y
también contenerse. El ambiente contenedor actual está representado en la parte
superior y la línea tenderá a subir cuanto más fuerte sea el ambiente
contenedor y bajar según sea más débil. La línea de la sensibilidad, sin
embargo, se elevará cuanto menos sienta los cambios la organización, y bajará
según sea más sensible la empresa.
Por debajo
de la sensibilidad, la empresa no actúa. Es la zona de evasión. No “siente” la tensión o desequilibrio. Por
eso la evade. Un ejemplo en este caso de empresa poco sensible fue Kodak o
Nokia. No se dieron cuenta de cómo estaba cambiando el entorno y no actuaron a
tiempo.
Por encima
del ambiente contenedor, la empresa es superada. Es la zona de destrucción porque la tensión en la empresa es
demasiado fuerte para ser soportada por empleados, directivos o accionistas. Un
ejemplo podría ser Apple en su primera etapa, en la que despidió a su fundador
Steve Jobs. La empresa no fue capaz de soportar el desequilibrio causado por
los cambios que Steve estaba llevando a cabo. Cuando el ambiente contenedor es
débil reina el desánimo, la desmotivación, la desconfianza, las dimisiones, o
el despido de quien provoca la tensión. En realidad está bien crear tensión,
pero antes hay que elevar la línea del ambiente contenedor, es decir, hacerlo
más fuerte. Si una empresa decidiera implantar una estrategia de cambio sin
involucrar a los empleados, su talento y creatividad, sin aplicar liderazgo
adaptativo, y/o sin modificar la cultura empresarial para convertir a las
personas en gente adaptativa, (innovadora e intraemprendedora) el ambiente
contenedor sería muy débil, y por tanto estaríamos en el área de destrucción
(con lo que ello implica).
Entre la sensibilidad y el ambiente
contenedor se encuentra la capacidad adaptativa de la empresa. Justo lo que
queremos mejorar y ampliar. Por tanto es fácil deducir que para aumentar la
capacidad adaptativa de la empresa, debemos o bien fortalecer el ambiente
contenedor, o bien hacerla más sensible a la tensión, o bien ambas cosas a la
vez. (O sea, subir la línea roja, bajar la azul, o las dos cosas a la vez)
El
fortalecimiento del ambiente contenedor (elevar la línea superior, la roja) se
puede realizar mediante tareas como: dar sentido al cambio, mostrar los
beneficios futuros, involucrar a las personas en conversaciones, escuchar las
inquietudes de los empleados, promover el sentido de pertenencia…
El aumento
de la sensibilidad (descender la línea inferior, la azul) se puede realizar
llevando a cabo prácticas como animar a los empleados a que presten atención y
reflexionen acerca de lo que ocurre dentro y fuera de la organización, hacerlos
sentir responsables, exponer los errores en vez de ocultarlos, permitir la toma
de riesgos, desafiar.
Por
supuesto detrás de esto hay un proceso más complejo, pero al final se trata de
inculcar cultura.
RESUMIENDO TODO EL TEXTO EN UNA FRASE:
El nivel
de tensión en el nuevo entorno nos obliga a ser completamente adaptativos. Y
para conseguirlo, vamos a transformar personas, cultura, y valores. Usando tecnología.
Y tú, qué opinas?
Excelente artículo. Completamente de acuerdo. Necesitamos personas flexibles y creativas en las organizaciones.
ResponderEliminarYo añadiría que fuesen capaces de aprender de forma autónoma.
La organización no va a tener tiempo de formarlos frente a los cambios, porque cuando quiera implantar un nuevo programa formativo, el entorno volverá a cambiar, y con ello sus necesidades.
Gracias Patxi. Tienes toda la razón. La preparación o formación deberá ser el implantar una cultura hacia los cambios, no una formación específica para un cambio concreto, porque como dices, cuando te quieres dar cuenta ya está obsoleto de nuevo. Por eso a mi entender lo importante es la cultura. De todas maneras como cada empresa es un mundo y tienen sus circunstancias propias, las necesidades y la prioridad puede variar, claro. Muchas Gracias Patxi
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